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Origen de la alpargata

Las alpargatas están siempre de moda y los diseñadores españoles, cada año, aggiornan el modelo clásico. No obstante, que sean tendencia no quiere decir que no tengan un pasado.

 

Sabemos a ciencia cierta que en el antiguo Egipto usaban un calzado muy parecido a lo que hoy se conoce como alpargata. Eso sí, no era ni mucho menos idéntico, ya que no se empleaban materiales como el cáñamo o el yute.

 

Es por eso que la historia de las alpargatas se remonta al antiguo Egipto, aunque fue en España donde las alpargatas de mujer y de hombre alcanzarían una mayor fama. Tanto es así que se convirtieron en el calzado de ejércitos, campesinos y nobles. La primera mención que se hace de este calzado en España se remonta al siglo XIV. En esta época, los ejércitos de la corona de Aragón empleaban la ya clásica alpargata, aunque entonces eran llamadas espardenyes.

 

¿De dónde viene esto? Antiguamente las alpargatas de cordel trenzado eran  como ya fue mencionado, de cáñamo o esparto, de donde viene su nombre valenciano y catalán de espardeñes.

 

Sin embargo, en ese entonces tenían un inconveniente: duraban poco. El cáñamo se descomponía o desbarataba en contacto con la humedad y era necesario cambiar de calzado a menudo, o tener siempre al hombro en las grandes caminatas alpargatas de reserva.

 

Hoy en día, la alpargata o esparteña es un tipo de calzado de lona elaborado con suela de Yute (fibra vegetal) o caucho. Se asegura al pie por simple ajuste aunque existen unas más elaboradas que poseen cordones. Son utilizadas principalmente en Latinoamérica, España y en Francia; aunque en la actualidad pueden encontrarse en casi todos los países del mundo.

 

Por ser un calzado fresco, deja respirar al pie y se adapta a su forma, siendo confortable para realizar diversas actividades. A diferencia de otros calzados, la alpargata, ha logrado convertirse en una prenda infaltable tanto para hombres como mujeres sin diferencia de edad. Sobre todo en estas latitudes, es la compañera inseparable de la bombacha de campo.

 

En los gloriosos años 50, en Hollywood, las celebrities del momento lucían zapatillas de esparto en largometrajes y cortos publicitarios. Para entonces, tanto Pablo Picasso como Salvador Dalí las usaban a la hora de trabajar en sus obras, haciéndolas conocidas en todo el mundo. No obstante, el boom de ventas y el pleno auge de este calzado tan singular, tuvo lugar en la década de los años 70. Fue precisamente Yves Saint Laurent quien incorporó alpargatas con tacón a sus pasarelas de París, convirtiéndolas en el último grito de la moda. Como en otros capítulos del consumo, se convirtieron en objeto de deseo, por ende, crecieron los diseños, se multiplicaron los modelos y ascendieron los precios, por supuesto.

 

Actualmente existe un sinfín de modelos distintos para ir perfecta en cualquier ocasión. Existen alpargatas planas, de cuña, de fiesta, etc. Las alpargatas ofrecen una gran variedad, desde los colores, pasando por los cierres, hasta las texturas y la altura de la cuña.

 

El yute o el esparto no son conceptos de última moda, sino más bien atemporales. Sin embargo, en los últimos años la tendencia se inclina hacia la naturalidad en el diseño y la sostenibilidad en la fabricación textil. Las sandalias de yute cumplen con creces estos dos conceptos sin dejar de lado la elegancia sencilla que aportan a un vestido vaporoso o a un pantalón vaquero.

 

Es decir, que permiten una variedad de opciones hace que quienes las usen solo tengan la opción de sentirse más cómodos.

 

Y es que la primera de todas las razones por las que muchas eligen este calzado es la comodidad. ¿Te imaginas poder bailar durante horas sin sentir dolor en los pies? Las alpargatas de Yute aseguran esta posibilidad al estar confeccionadas con sus suaves telas y tener una plantilla acolchada.

 

En síntesis, la historia de las alpargatas no hace más que evidenciar que son un producto típicamente español que hoy se usa en todo el mundo y hace la vida más fácil a millones de personas alrededor del globo, porque si nos ponemos a ver, a fin de cuentas, vienen con toda un pasado de evolución totalmente positivo que se refleja siglo por siglo hasta la actualidad.

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